Sociedad Patriótica
domingo, 4 de agosto de 2013
martes, 2 de julio de 2013
Logia Lautaro:Relación con la masonería
Según el historiador argentino Emilio J. Corbiere, la masonería llegó al Río de la Plata a finales del siglo XVIII, influida por los masones españoles y no por los ingleses como se ha creído. Cuando José de San Martín, Carlos de Alvear y otros patriotas llegaron a Buenos Aires en 1812, la Orden ya estaba implantada: existía la Logia Independencia en 1795 y en 1810 se estableció una homónima, presidida por Julián Álvarez, la cual se llamó Logia de San Juan, y suministró los elementos básicos para la Lautaro. Las Lautarinasfueron logias masónicas operativas no en el sentido tradicional del término, sino con objetivos revolucionarios, además de simbólicas; de ahí el error de muchos autores, incluso masónicos, que permitió generar fábulas impulsadas por los escritores católicos y antimasónicos en general. San Martín fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz y de allí pasó a la Logia Caballeros Racionales Nº 3, donde recibió el Tercer Grado de la masonería simbólica, el de Maestro Masón, el 6 de mayo de 1808. Posteriormente fundó con Alvear la Logia Caballeros Racionales Nº 7.
José Stevenson Collante, por su parte, afirmó que en este proceso revolucionario, gran parte de sus miembros tenían la doble investidura de masones de Logias Regulares Universales y de Masones de Logias Patrióticas Revolucionarias Americanas.
Según el reputado autor masónico Albert Gallatin Mackey, la Logia se compondría de dos cámaras: la masonería simbólica o azul, que constaba de los tres primeros grados, y la masonería superior o roja, compuesta de los grados 4° y 5°, Rosa Cruz y Kadosh, respectivamente, de acuerdo a la terminología masónica. Esta cámara o sección fue denominada por San Martín como Gran Logia de Buenos Aires, y fue la que actuó en política prescindiendo de la Lautaro, la cual no intervenía para nada en las deliberaciones de aquélla. Por lo tanto, no se trataría de uno, sino que serían dos organismos autónomos, aun cuando guardaran entre sí una estrecha relación.
Entre los miembros principales que participaron cobraron notoriedad:
- Francisco de Miranda, Santiago Mariño, Andrés Bello, Luis López Méndez y Simón Bolívar, de Venezuela
- José María Caro, de México
- Bernardo O'Higgins, Ramón Freire, Juan Mackenna y José Miguel Carrera, de Chile
- Juan Pablo Fretes, de Paraguay
- José de San Martín, Carlos María de Alvear, Bernardo de Monteagudo, Gervasio Posadas y Tomás Guido, de las Provincias Unidas del Rio de la Plata (Argentina)
- José Cortes de Madariaga (sacerdote chileno, prócer de Venezuela)
- Francisco Isnardi (italiano, nacionalizado venezolano, amigo de Miranda)
Biografia de Francisco Miranda creador de la Logia Lautaro
Precursor del movimiento de
emancipación de Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San Fernando, Cádiz, 1816). Era
hijo de un comerciante canario que había hecho fortuna en Venezuela. Francisco
estudió en la Universidad de Caracas y se alistó en el ejército español en
1771. Combatió en el norte de África, en las Antillas y en la intervención
contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos
(1780-81).
Luego se instaló como comerciante en
Cuba. Pero fue procesado por contrabando y lectura de libros prohibidos en
1783; porque, efectivamente, Miranda era seguidor de los enciclopedistas y los
filósofos ilustrados, cuyo ideario político liberal había adoptado.
Antes de ser desterrado al norte de
África, consiguió huir y se lanzó, por lo que le quedaba de vida, a luchar
contra la dominación colonial española en su país. Recorrió Europa y Estados
Unidos defendiendo la causa de la independencia hispanoamericana, a imagen de
lo que habían hecho las antiguas colonias británicas del continente. Su pertenencia
a la masonería le facilitó el contacto con las personalidades más relevantes
del mundo, a través de las logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se
adhirió a la Revolución, que le nombró general, y prestó sus servicios para la
conquista francesa de los Países Bajos (1792-93); pero perdió el empleo por un
conflicto con Dumoriez. Fue perseguido por el Comité de Salvación Pública
durante el Terror (1793), pero se salvó de la guillotina por la caída de
Robespierre. Luego presidió una junta de representantes de las colonias
españolas de América (fundada en París en 1797), que respaldó su campaña en
busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo
conseguido promesas de ayuda por parte de la zarina Catalina II de Rusia, el
presidente americano Jefferson y, sobre todo, el Joven Pitt, primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos
intereses geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda
pretendía formar un único Estado hispanoamericano independiente desde el
Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una
constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado una bandera
(la actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer intento de
desembarcar en Ocumare fue rechazado por el capitán general de Venezuela; y un
segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión que esperaba por parte de
los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos (1807).
La
invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias
americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los
independentistas aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de
éxito: Miranda fundó el periódico El
Colombiano, desde el cual
coordinó los movimientos revolucionarios que estallaron simultáneamente y con
características semejantes en toda Hispanoamérica en 1810; en aquel año regresó
a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en
Caracas.
Un
Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando una
Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al frente
del ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque
español (1812). Pero fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios
compañeros en aquel mismo año; desacreditado por sus errores políticos y
militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales como a los
terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a los
realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.
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