viernes, 31 de mayo de 2013

articulo segundo

La ignorancia es el origen de todas las desgracias del hombre: sus preocupaciones, su fanatismo y errores, no son sino las inmediatas consecuencias de este principio sin ser por esto las únicas. Yo no pretendo probar que todo pueblo ignorante sea precisamente desgraciado; porque encuentro a cada paso en la historia del género humano ejemplares de varios pueblos que han sido felices hasta cierto punto en medio de su misma barbarie. Tampoco me he propuesto combatir al ciudadano de Ginebra demostrando que el progreso de las ciencias no ha contribuido a corromper las costumbres, sino antes bien a rectificarlas: dejemos a la Academia de Dijon que examine este problema, mientras la experiencia lo decide sin necesidad de ocurrir a razonamientos sutiles. Los sentimientos del corazón son el termómetro que descubre la infancia o madurez, la debilidad o el vigor, la rectitud o corrupción de la razón. Sus progresos en el bien o el mal tienen como todas las cosas su principio, su auge y su ruina; períodos consiguientes a la debilidad de todo ser limitado que no puede llegar sino por grados al extremo del vicio o la virtud. Cuando yo veo a un pueblo estúpido envuelto en las tinieblas del error, observo sin embargo que nada ha podido sofocar el instinto que lo arrastra a la felicidad. y que en medio de sus inveteradas preocupaciones él tiene una invencible propensión a mejorar su destino. Sus mismos errores son una prueba de ello: incapaz de conocer el bien o el mal por su ignorancia, delira en sus opiniones, confunde sus principios, invierte el orden de sus ideas, respeta sus caprichos, adopta sistemas extravagantes y llega a poner el crimen en el rango de las virtudes, lisonjeándose de haber encontrado la verdad cuando más se ha alejado de ella. Este es el momento en que eclipsadas ya todas las nociones e incontrastable en el error, sólo gusta de lo que puede apoyar y perpetuar sus preocupaciones: entonces se consagra al fanatismo, porque en él encuentra la sanción de sus errores: fanático al principio por debilidad y luego por costumbre adora la obra de su delirante imaginación; mira los prestigios como misterios; su degradación como una virtud heroica y el plan de sus pasiones, de sus inepcias y caprichos viene a ser la moral que reconoce.He aquí ya un pueblo que para ser esclavo no necesita sino que se le presente un tirano: ignorante, preocupado y fanático él no puede apreciar la LIBERTAD, porque habituado a sujetar todos sus juicios a un sofista que mira como oráculo y limitando el ejercicio de su voluntad a una obediencia servil, fija su felicidad en poner trabas a sus ideas, en aislar sus sentimientos y en encadenar sus facultades, como si su destino no fuese otro que abrumar su debilidad con un juego voluntario. Tales son los efectos de la ignorancia, tales sus progresos y resultados. Yo no necesito confirmar mis razonamientos con ejemplos: si ellos están fundados en la naturaleza de las cosas, si la historia del hombre los justifica escusado sería inculcar sobre la conducta de los tiranos último comprobante de lo que he afirmado: escusado sería multiplicar reflexiones para probar que la ilustración es un crimen en su arbitraria legislación: escusado sería recordar las expresas prohibiciones que nos sujetaban hasta hoy a una humillante y funesta ignorancia: escusado sería irritar nuestro furor al vernos después de tres siglos sin artes, sin ciencias, sin comercio, sin agricultura y sin industria, no teniendo en esto otro objeto el gobierno de España que acostumbrarnos al embrutecimiento, para que olvidásemos nuestros derechos y perdiésemos hasta el deseo de reclamarlos.

articulo segundo (segunda parte)

Si la ignorancia es el más firme apoyo del despotismo, es imposible destruir este sin disipar aquella: mientras subsista esa madre fecunda de errores serán puestos en problema los más incontrovertibles derechos o se confundirán con los más perniciosos abusos, resultando no menos funesto que el primero. De aquí procede que muchos creen amar la LIBERTAD, cuando sólo buscan el libertinaje, olvidando que aquella no es sino el derecho de obrar lo que las leyes permiten, como lo demuestra un escritor del siglo de Luis XIV. Propenso el hombre a abusar de sus mismas preeminencias se lisonjea siempre de encontrar en ellas la salvaguardia de sus crímenes y cree vulnerados sus derechos, cuando se trata de fijarles el término moral que los circunscribe o cuando se le advierte el precipicio a que conduce su abuso: infatuado por el error atropella a la autoridad de la razón y prostituyendo sus derechos los destruye y mira como a un opresor al que quiere sujetarlo en la esfera de sus deberes. Por desgracia el corazón llega a ser cómplice en estos delirios y entonces la reforma es más difícil, pero todo el mal procede de un principio. Incierta y vacilante la razón entre el error y la ignorancia, degeneran sus ideas y el bien o el mal causan iguales impresiones en la voluntad, porque el instinto moral que sigue en sus movimientos, la vicia por su propia contradicción y la seduce con ambiguos y prestigiosos impulsos.
Bien sé que otras causas contrarias han producido muchas veces los mismos efectos; por desgracia los más saludables remedios que sugiere la filosofía para curar las enfermedades del género humano, empeoran su miserable destino y doblan el fardo pesado de sus desgracias cuando se quiere derogar la naturaleza de las cosas, en vez de reparar sus accidentales vicios. La ilustración es el garante de la felicidad de un estado; pero cuando llega a generalizarse en todas sus clases, cuando el refinamiento de las ideas se sustituye a la exactitud y solidez; cuando el invariable sistema de la naturaleza es atacado y controvertido por la osadía seductora de las opiniones de los sabios innovadores, entonces el remedio es peor que el mal, y si antes las tinieblas ocultaban la verdad, la demasiada luz propagada indiscretamente deslumbra los ojos de la multitud y semejante al que sale de un oscuro recinto a recibir de golpe las vivas impresiones que comunica el sol en medio de su carrera, confunde la realidad de los objetos con sus ficticias especulaciones y corre en pos de bellezas imaginarias que se alejan de él cuanto más se empeña, al modo que el término del horizonte sensible que siempre huye del que pretende saciar la vista con su inmediación. Quizá fue esta una de las causas que frustraron en nuestros días el plan suspirado de una nación siempre grande en sus designios. La ilustración era casi general y las ideas apuradas por esos genios sublimes que desde el reinado de Luis el grande preparaban la ruina del último Capeto, habían conducido los espíritus a un grado de prepotencia que todos se creían con derecho a ser jefes de partido. Cada uno consideraba la esfera de sus conocimientos más dilatada que la de los demás y el espíritu exclusivo multiplicaba las facciones a proporción de los sabios que se sucedían. Pululaban sectas y partidos en todas partes; pero la nulidad e insuficiencia era el carácter de unos y otras; entonces la desolación y el incendio pusieron término a los progresos del delirio y pasando de un extremo a otro elevaron un trono colosal sobre las ruinas del que acababan de destruir, olvidando que poco antes juraron un odio eterno y perdurable a todos los tiranos de la tierra.
Tan funesta ha sido algunas veces la influencia de la razón exaltada y envanecida por la rapidez de sus progresos: parece que nuestra estirpe está condenada a ser siempre miserable, ya cuando se arrastra humildemente en las sombras de la ignorancia, ya cuando se sobrepone a los errores y enarbola con vanidad el pabellón de la filosofía. A pesar de tan misteriosas contradicciones, es más vergonzoso que difícil reducir a un soso principio el origen de esta sucesión de males. La ignorancia degrada al hombre, el error le hace desgraciado, la ilustración llega a extraviarlo cuando conspira con sus pasiones dominantes a ocultarle la verdad y conducirlo al precipicio con brillantes engaños. El corazón humano tiene un odio natural al vicio y mira con pánico terror las desgracias a que le conduce: pero luego que se le disfraza la deformidad de aquel y se le oculta el tamaño natural de estas, depone sus sentimientos naturales y se entrega con insolente complacencia al nuevo impulso que recibe. La consecuencia de estos principios es de muy fácil ilación: el error precipita a1 ignorante y la corrupción al sabio. Desgraciado el pueblo donde se aprecia la estupidez, pero aún más desgraciado aquel donde los vicios se toleran como costumbres del siglo (*). Concluyamos que es preciso ilustrar al pueblo, sin dejar de formarlo en las costumbres, porque sin estas toda reforma es quimérica y los remedios llegarán a ser peores que el mismo mal.

articulo segundo (tercera parte)

Bien sé que si por desgracia, son demasiado tardíos los progresos del entendimiento humano, no son menos los de sus costumbres. Sólo una buena legislación auxiliada por la naturaleza del clima, por la índole de sus habitantes y por el curso del tiempo ha podido algunas veces formar un pueblo más o menos moral y acostumbrarlo a las impresiones de la virtud. La perfección de esta obra es el resultado preciso de un complexo de circunstancias y casi independiente de los esfuerzos del filósofo. Sin embargo los preceptos animados del ejemplo llegan también a usurpar el imperio del hábito fortificado por el tiempo. No hay empresa tan ardua que no pueda superarla un valor irritado, firme, prudente y emprendedor. Si por fortuna concurren algunos genios cuyo destino parece ser la reforma de su especie, entonces la ilustración triunfa de los errores y las virtudes de la corrupción, fundando una armonía entre la fuerza del espíritu y el influjo de una voluntad reglada. Pero ésta siempre fue la obra de muchas fuerzas combinadas, porque difícilmente produce cosas grandes el hombre aislado: su genio, su carácter, su talento, todo permanece circunscrito al círculo de sí mismo y sólo en la unión con sus semejantes descubre lo que es en sí y lo que puede influir en ellos. Entonces todos participan de los deseos, de las luces, de las afecciones y aun de los trasportes del que se agita por un grande interés: esta comunicación de ideas será más feliz en sus efectos cuando sea recíproca en los individuos asociados, como es justo y honroso esperarlo de esta naciente sociedad. Todos sus miembros se hallan penetrados de iguales sentimientos, de iguales deseos: su sensible corazón va a desplegar todo su ardor, y su alma se dispone a derramar el entusiasmo que la inunda, sin que pueda haber un espectador indiferente de la energía que anuncian sus semblantes. Este va a ser el seminario de la ilustración, el plantel de las costumbres, la escuela del espíritu público, la academia del patriotismo y el órgano de comunicación a todas las clases del pueblo. Las tinieblas de la ignorancia se disiparán insensiblemente, se formaran ideas exactas de los derechos del pueblo, de las prerrogativas del hombre y de las preeminencias del ciudadano: las virtudes públicas preservarán el corazón del pueblo de toda corrupción y no darán lugar al abuso de su restaurada LIBERTAD: todas estos efectos deben esperarse del ardoroso empeño con que la sociedad va a consagrar sus desvelos y tareas a ilustrar la opinión publica y depurarla de los errores y vicios que inspira la esclavitud.
Ciudadanos congregados por la salud pública: he detallado según mis limitados conocimientos y acomodándome a la premura del tiempo los objetos que deben fijar vuestro celo: pero sólo mis ardientes deseos podrán ser el suplemento de las faltas que haya cometido. Bien sé que mis palabras nada añadirán a vuestra energía: ella sola mudará desde hoy el aspecto político de nuestros negocios; dejad que los peligros se amontonen para abrumar la existencia de los hombres libres, dejad que la rivalidad de un pueblo vecino sirva de apoyo a la ambición de una potencia inerme que obtiene el último rango sufre las naciones; dejad que el tirano del Perú calcule su engrandecimiento sobre nuestra ruina. La influencia que desde hoy va a recibir de vosotros este pueblo inmortal, teatro de los grandes sucesos asegurará el éxito feliz de los fuertes conflictos en que nos vemos. La sociedad patriótica salvará la patria con sus apreciables luces y si fuese preciso correrá al norte y al occidente como los atenienses a las llanuras de Marathon y de Platea, resueltos a convertirse en cadáveres o tronchar la espada de los tiranos. Ciudadanos: agotad vuestra energía y entusiasmo hasta ver la dulce patria coronada de laureles y a los habitantes de la América en pleno goce de su augusta y suspirada INDEPENDENCIA.

jueves, 30 de mayo de 2013

objetivos e integrantes de la logia lautaro

La Logia Lautaro era una Logia Operativa, eso significaba que había sido creada con un sólo objetivo. Una vez logrado el mismo la Logia se separaba. El objetivo de la Logia Lautaro era conseguir la independencia de la mayoría de las colonias americanas. Fue fundada por Francisco de Miranda y sus miembros eran:

*Francisco de Miranda 
*Santiago Mariño 
*Andrés Bello 
*Luis López Méndez 
*Simón Bolívar 
*Bernardo O'Higgins 
*José de San Martín 
*Tomás Guido 
*Francisco Isnardi 
*Ambrosio Plaza Farfán 
*José Cortes de Madariaga 
*Juan Pablo Fretes 
*Bernardo Monteagudo 
*Manuel José García 
*José Antonio Alvarez Condarco

miércoles, 29 de mayo de 2013

Informacion sobre la logia lautaro

La mayoría eran militares. Todos éstos masones debían obedencia a la Gran Logia de Londres, la más grande del mundo en ese momento, que había ideado el plan para independizar las colonias de España. Lo que ocurría es que Inglaterra había perdido las 13 colonias de América del Norte y necesita buevos mercados comerciales. América del sur estaba la mayoría en manos de los españoles y el comercio con Inglaterra se limitaba al contrabando (Inglaterra pagaba 200% más que lo que pagaban los españoles), pero no era suficiente, por ello al independizarse un país Inglaterra era la 1º potencia europea en reconocerlo, así mandaba un embajador y comenzaban las relaciones bilaterales. No es casual que todos los países latinoamericanos hayan festehado el años pasado su bicentenario. A los Masones nombrados hay que agregar a Simón Bolívar, Sucre (Venezuela) y Mariano Moreno (Argentina) su hermano Manuel Moreno fundó la Sociedad Patriótica que la formaron: Hipólito Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Juan Larrea, Agustín José Donado,Julián Álvarez, Francisco Planes, Salvador Cornet, Ignacio Núñez, Monteagudo, la mayoría Masones.

lunes, 27 de mayo de 2013

pasos importantes

Algunos de los pasos importantes que se lograron en este proceso son los siguientes: sanción de la libertad de vientres, reglamentación de un programa para la educación y ejercicio de los libertos, se creó un regimiento de pardos y libertos; se derogaron la mita, encomienda, yaconazgo y el servicio personal de indios; fueron abolidos los títulos nobiliarios y los mayorazgos. Además se avanzó con reformas judiciales, eclesiásticas, militares, sobre el campo y en el área monetaria. 

Inicio de la Asamblea de 1813

El 5 de noviembre de 1812, la Sociedad Patriótica envió una circular a los cabildos del interior en la que afirmaba lo siguiente: “La Sociedad Patriótica opina que el único arbitrio capaz de fijar el destino de los pueblos es la declaración de la independencia en la asamblea general extraordinaria..."
El Triunvirato encomendó a la Sociedad Patriótica el estudio de asuntos de interés general para facilitar las tareas del congreso próximo y se designó una comisión redactora de un proyecto de constitución. En su proclama del 31 de enero se declara Asamblea General Constituyente y también otro de los objetivos principales, esgrimidos en el decreto de convocatoria, la organización general del estado.
La corporación celebró sus sesiones en el Consulado y se inauguró con los siguientes diputados presentes: Carlos Alvear, Mariano Perdriel, Juan Larrea, Gervasio Posadas, José F. Sarmiento, Vicente López, Hipólito Vieytes, José V. Gómez, Francisco Argerich, Tomás A. Valle, Juan R. Balcarce, José Ugarteche, Pedro Vidal, Bernardo Monteagudo, Agustín Donado, Pedro Agrelo y José Moldes. Luego, a estos nombres, se sumaron otros representantes de todo el país.
Debido a la existencia de, por lo menos, dos proyectos constitucionales se impuso el criterio de que no era oportuno ocuparse de la materia en ese momento. Por esto, no se cumplió con uno de los principales objetivos de la Asamblea: el dictado de una constitución.

domingo, 26 de mayo de 2013

Revolución del 5 y 6 de abril

La Junta Grande nunca pudo llevar adelante su misión con tranquilidad por dos grandes motivos: la gran cantidad de miembros que la integraban, que demoraban las resoluciones y una fuerte oposición dentro de Buenos Aires.
Esta oposición se plasmó en un grupo conocido como "Primera Sociedad Patriótica". Su orientación era centralista y terminó por desafiar el pensamiento de la mayoría del país, generando sangrientas guerras civiles. Las familias más antiguas de la ciudad se opusieron a los miembros de este grupo y en la noche del 5 de abril, con el apoyo de algunos batallones, se encaminaron hacia la Plaza. En las primeras horas del 6 fueron recibidos por Saavedra, quien prometió estudiar el extenso petitorio de los insurrectos.

Causas de la formación de la sociedad patriotica

Los morenistas estaban muy descontentos con la formación de la Junta Grande. A principios de marzo, este grupo opositor, decidió ilustrar al pueblo sobre la necesidad de un cambio de dirección en el gobierno. Con este propósito formaron un centro al que denominaron Sociedad Patriótica, reunido periódicamente en el café de Marcos. Defendían la revolución y sus principios democráticos.
Reanimar el espíritu amortiguado de la revolución, extenderlo ilustrando a los hombres sobre sus verdaderos intereses e influir por estos medios, sin sacudimientos violentos, en la reforma del gobierno de diputados (…) esto sucedió a principios del mes de marzo de 1811; la noticia del establecimiento de la Sociedad circuló sencillamente y con tanta rapidez, que cuando llegó a oidos del presidente Saavedra se sabía en todos los barrios, pero el presidente no la recibió sino compuesta y en forma de denuncia, esto es, que se hacían invitaciones para una reunión armada, por medio de gentes que se distinguían con una escarapela blanca y celeste…”.

sábado, 25 de mayo de 2013

La Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro

Cuando José de San Martín regresó de Europa, consideró imprescindible que se organizaran y disciplinaran las fuerzas políticas para que tuviera unidad el movimiento revolucionario. Por eso, a mediados de 1812 con Alvear y Zapiola, fundó la Logia Lautaro, una sociedad secreta con fines  exclusivamente políticos. Sus integrantes trabajarían por la independencia americana y por su felicidad, obrando con honor y procediendo con justicia.
La  Logia fue semejante a la creada por Miranda  en Inglaterra y por lo tanto tomó de la  masonería su misterio, disciplina, jerarquías y algunos símbolos.
Según Mitre, los afiliados se daban el título de hermanos y su leyenda mística estaba simbolizada por estas tres letras: U. F. V., que significaban Unión, Fe y Victoria.
 Los miembros estaban ligados por  misteriosos vínculos que mantuvieron en secreto hasta la muerte. Al morir O’Higgins se conocieron datos de interés tras hallarse documentos aclaratorios. En el grado de iniciación, el juramento era trabajar por la independencia americana y tener la profesión de fe del dogma republicano. Los integrantes debían ser americanos y además de juramentarse mutua ayuda estaban obligados a consultar la voluntad del organismo en caso de ocupar cualquiera de ellos un cargo público. La Sociedad sostenía dos principios básicos: independencia y constitución, por lo que muy pronto fue opositora de toda autoridad que no los respetara. Por esa causa no tardó en enfrentarse al Triunvirato, dirigido en esa época con suma firmeza por Rivadavia.
La Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica unificaron una acción contra el gobierno, pero utilizaron  distintos medios. La primera actuaba en secreto, mientras que la agrupación de Monteagudo trabajaba públicamente a través del periodismo y de reuniones.

viernes, 24 de mayo de 2013

De donde proviene el nombre de la Logia Lautaro

El nombre proviene de un cacique indio que en el siglo XVI, incitó a su pueblo a luchar contra los opresores. Alonso de Ercilla canta su historia en La Araucana. El hombres del cacique Lautaro matarón al gobernador de Chile Pedro de Valdivia en 1541.  La adopción del nombre de un cacique indígena de Chile ilustra que la visión de América de los integrantes porteños de la Logia era continental y trascendía la etapa que iniciada con la Conquista.